jueves, 8 de octubre de 2015

Llámame caprichosa

Yo no quiero besos por costumbre ni de rutina; no quiero besos que sean legales ni adecuados; por compromiso o por vergüenza; no quiero besos que no sepan a nada, no quiero besos que se den con razón.
Yo quiero besos inesperados, en cualquier parte y a cualquier hora sin importar la situación; besos que no vengan a nada y se venguen de todo; besos espontáneos, no planeados, besos por que sí; besos que duelan.

Yo no quiero abrazos que saluden, abrazos que sostengan, ni abrazos que se vayan tal cual vinieron.
Yo quiero abrazos que rompan, que resguarden, que abriguen.

Yo quiero manos que rocen provocando escalofríos; manos que agarren con fuerza, de esas que dejan marca en forma de sonrisa. Quiero miradas que señalen, miradas que se claven, miradas que hablen. Quiero reírme a carcajadas hasta que me duelan las costillas, Quiero sentir todas y cada una de las partes de mi cuerpo, sin dejar algo sin recorrer. Yo quiero que se trascienda lo físico, pero solo a veces.

Yo no quiero monotonía ni rutina; no quiero cadenas a la libertad de uno mismo. No quiero barcos que naveguen sin rumbo confiando en llegar a alguna parte, quiero barcos que amen estar desorientados pero sintiéndose felices de estar donde están. Quiero tener momentos en los que pueda saborear la despreocupación, en los que no importe ni el ayer ni el mañana, solo reír en el presente. Quiero momentos de los que no me arrepienta, sin importar las consecuencias.

Lo quiero, pero lo quiero contigo.




Estefanía

viernes, 22 de mayo de 2015

Caminar

Caminar por un sendero en un día de lluvia, con los zapatos embarrados y el pelo chorreando, sin ver por dónde caminas, simplemente intuición. 
Seguir caminando sin rumbo fijo, sin objetivos claros, sin saber si ese es realmente el camino correcto... ni si quiera sabes dónde tienes que ir.
Porque a pesar de todo el camino parece cómodo; pero, ¿y si hay una piedra y tropiezas? No puedes anticiparte a algo que ni si quiera ves.
Ir pisando charcos,  algunos más profundos que otros, y aún así continuar, tal vez por el puro placer que provoca imaginar el final del camino, que te lleva a alguna parte... o quizás a ninguna; tal vez por ser tú mismo quien se empeña en ver algo que en realidad ni si quiera existe; o tal vez por el gusto de andar.

Sigue lloviendo,  y yo caminando.

domingo, 29 de marzo de 2015

Para qué definir algo indefinido.

¿Por qué no dejar que las cosas vayan a su ritmo?
Dejar que todo fluya, que las cosas que tienen que pasar pasen, simplemente, sin forzar nada. Si algo tiene que pasar pasará. Eso no quiere decir que nos limitemos a mirar y esperar; no, hay que actuar, pero actuar dejándonos llevar por los sentimientos, sin miedo. Si tienes ganas de decir algo dilo; si tienes ganas de hacer algo, hazlo. Está bien que la razón actúe, pero a veces valoramos más esto que los propios sentimientos y emociones.
En ocasiones pensamos que ciertos actos y acontecimientos son negativos, pero si las cosas pasan es por algo.
Y esto me lleva a pensar en lo que significa "disfrutar del momento". Tal vez si pensásemos en cómo nos sentimos en el momento y sin tener que definir nada, seríamos más felices, porque ¿para qué definir algo indefinido?  Si es que así lo deseamos realmente.
Es estúpido tener que poner nombres a ciertas cosas, en especial aquellas abstractas. Si todo va bien, ¿qué más da lo que sea?

lunes, 1 de diciembre de 2014

1 de diciembre

Tengo miedo a los finales. 
Finales que ni siquiera han tenido un principio. 
Miedo al futuro, a la tristeza. 
A que lo bueno se acabe. 

Llevaba tanto tiempo ansiando la libertad, que ahora que me paro a pensar que verdaderamente estoy viviendo, tengo pánico de que todo se de la vuelta. 
Y es que no todo depende únicamente de nosotros mismos, sino que estamos directamente relacionados con las palabras, el pensamiento, los actos de los demás. Un solo cambio y todo se desmorona. Continuamente aprendemos a vivir; a vivir con la falta de un ser querido, con las decepciones de personas que creías tenerlas a tu lado para siempre, con verdades que debemos asumir, con personas nuevas en nuestro entorno, a vivir a través de nuevas experiencias, nuevos conocimientos...
Cuando crees tenerlo todo controlado y tener una estabilidad, ocurre algo que lo cambia todo. Para bien o para mal. Mejor lo primero porque tienes mayor capacidad de aceptación, pero también existe lo no tan bueno, e igualmente te toca vivir con ello.

¿Entonces qué?
Vive, vive el momento y disfruta todo lo que puedas de él. Cuando las cosas cambien, asume, aprende y sigue viviendo. Cuando sea algo más complicado, llora, asume, supera y vuelve a reír.

domingo, 27 de julio de 2014

Happiness

He aprendido que la vida hay que disfrutarla.
Y es que no sabemos cuál será nuestro último día; ¿y qué pasaría si ese día llega y no hemos hecho todo lo que queríamos hacer, o simplemente hemos dejado pasar los días sin valorarlos? Es cierto que muchos planes no se pueden cumplir hasta que no tenemos medios para ello, pero a donde quiero llegar es que mientras luchamos por esos grandes planes, a los que podemos llamar sueños, hay que disfrutar del camino que nos dirige a ello. 
Muchas veces estamos rodeados de gente maravillosa a la que no sabemos valorar porque estamos ofuscados en otra persona o en otro asunto, y dejamos pasar grandes oportunidades que no sabemos si se volverán a repetir.
Por ello disfrutemos de nuestro día a día, pensando en nuestra propia felicidad sin hacer daño a los demás. Hagamos lo que nos hace felices a pesar de que otros se opongan, a pesar de que otras personas nos quieran arruinar los días. 
Y quisiera decirles algo a esas personas: no sois los únicos seres del planeta, hay millones de personas más que están dispuestas a hacernos felices, directa o indirectamente, consciente o inconscientemente, pero están ahí. No penséis que sin vosotros se nos ha acabado el mundo, hay vida más allá. Y por otro lado gracias, gracias por hacer que nos hayamos dado cuenta de que hay gente que sí merece la pena, y que estábamos equivocados con vosotros. 
Personalmente, gracias a esas personas he conocido a otras que me hacen felices; gracias a esas personas me he dado cuenta de que no hay que desperdiciar ni un solo segundo.
No debes permitir que te priven de lo que más amas, no debes sentirte atado/a, al contrario, siéntete LIBRE. Haz lo que te haga feliz porque la vida pasa sin darte cuenta, y muchas oportunidades que tienes ahora tal vez luego desaparezcan.

miércoles, 22 de enero de 2014

Positivismo.

Es otro día, otro día más por el que hay que luchar.

Las cosas pueden suceder tan rápido que ni siquiera somos conscientes de ello. Un día lo puedes tener todo y al día siguiente puede desaparecer, muchas veces sin motivo, simplemente desaparecen; unas veces vuelven y otras no, podemos estar esperando a que vuelvan pero podemos morir en la espera. Eso suele pasar con las personas, un día parece que todo va bien, como siempre, que no hay ningún problema, no pasa nada, y de repente al día siguiente esa persona se va de tu lado, sin saber porqué, sin motivos, sin que hayas hecho nada para que eso ocurra. Puedes estar dándole vueltas a todas horas, pero si esa persona no está dispuesta a volver te va a dar igual que te quedes preguntando el porqué de su marcha.

A las personas que un día decidieron hacerte daño, no tener en cuenta tus sentimientos, a esas ya les castigará la vida, cuando estén solas se torturarán al arrepentirse de lo que hicieron, ellas mismas podrían haber cambiado, pero no lo hicieron, solo por pensar en ellas. Así que olvídate de ellas y piensa en ti y en los de tu alrededor.

Cuando luchas por algo o por alguien, siempre por el lado bueno, te sientes mejor, estás siendo bueno contigo mismo y eso te da tranquilidad, paz. Tomarse la vida de otra manera, relajada, divertida, proponiéndote nuevas metas, leer un libro, escuchar música, disfrutar tanto del sol como de la lluvia, ser amable, ayudar a los demás... todo eso te ayuda a ser feliz.

La vida pasa, segundo a segundo, tú eres quien decide qué quieres estar haciendo o con quién quieres estar en ese segundo. Vida solo hay una, una sola oportunidad para disfrutarla, para ser feliz o al menos acercarnos a lo que llaman felicidad. Busca lo que te hace sentirte bien, y si es difícil lucha por ello, cueste lo que cueste, no permitas que nadie se interponga en tu forma de vivir la vida.

domingo, 16 de junio de 2013

"Amigo, amistad, falsedad".

Aprovechando el largo tiempo que ha pasado desde mi última entrada en el blog, me he decidido para escribir. He esperado la inspiración y, en este momento, la rabia se ha convertido en la mejor fuente de la misma.

Pues bien, la RAE define amistad de la siguiente forma: "Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato"; define amigo como aquel "que tiene amistad como tratamiento afectuoso, aunque no haya verdadera amistad"; la palabra ya contiene un cierto matiz que nos hace reflexionar sobre ello; pero además, al introducir o buscar la palabra amigo en la Real Academia Española, nos aparece una expresión: amigo de pelillo o de taza de vino y lo define así: "amigo que lo es solamente por interés y conveniencia".
Con ello podemos sacar en claro que a lo que solemos llamar "amigo", entendido como una persona que nos comprende, que comparte gustos, aficiones, que está con nosotros en los momentos buenos y en los malos, en cualquier estación del año, y con motivos desinteresados, no es realmente lo que es, sino que puede entenderse de dos formas: según la primera, podemos pensar que no existen los verdaderos amigos entendidos según nuestro concepto, por lo que quien inventó la palabra y su definición, sabía perfectamente, que todas aquellas personas nos traicionarían, o en algún momento de nuestra vida descubriríamos que no son como pensábamos según nuestra concepción personal; y según la segunda, podríamos decir que es necesario un concepto, un nuevo término, en relación con la definición de la palabra amistad, ya que si volvemos a leer ambas definiciones, observamos que una no comprende la otra, no están relacionadas, una no implica la otra.
Por último, hablar de las dos expresiones definidas. Simplemente, parece que todos aquellos a los que llamamos amigos, son realmente de pelillo. 

Con todo ello, puedo decir que cuando pensamos establecer una amistad con alguien y confiamos en ese alguien, esa persona pasa a denominarse amigo; cuando pasa el tiempo, nuestra concepción falla, nos damos cuenta de que nada era lo que pensábamos, nos sorprendemos, y nos sentimos mal, decepcionados, es justo en ese momento cuando nos damos cuenta que todos son amigos de taza de vino.

Da tantas vueltas la vida que al final quien te dijo que escribieras algo otra vez que lo echaba de menos, se convierte en una de las personas a las que va dirijido todo esto, lo que me confirma aún más mi suposición. Casualmente este último párrafo que estoy escribiendo ahora mismo, está siendo añadido meses después, cuando las sorpresas, o ya no tan sorpresas, han resurgido.

Como conclusión deciros que disfrutéis de las personas que tenéis ahora mismo porque seguramente llegará un día que esas personas que os decían: "me tienes aquí para todo lo que necesites", "siempre estaremos juntos", "somos los mejores amigos", os dejen SOLOS, y muchas veces sin una sola razón.